Android VS iPhone, la autocrítica es una defensa

Último asalto del combate, el árbitro marca el inicio del round y aquí salto yo en defensa de Android, al ataque de un rival tan difícil de morder como una manzana verde. Aunque esta vez cambiamos de táctica, pienso hacer autocrítica. Puedo escuchar como el público silba pidiendo los golpes, deseando que le atice un puñetazo directo al Springboard, pero no lo voy a hacer, aquí hemos venido a conocer las virtudes y defectos de Android e iOS y nadie mejor que un usuario experimentado para extraer los segundos. ¿Un infiltrado en las filas de los androides? ¿Un topo vestido de verde? Veamos.

He perdido la cuenta de los años que llevo usando móvil, cuando tuve el primero la gente todavía se asustaba cuando escuchaba a alguien hablar solo por la calle. “Mira ese, está loco”. “No, que lleva uno de esos trastos… Un móvil”. Todo ha evolucionado de una manera acelerada. Tanto, que sólo recuerdo dos verdaderos momentos en los que supe que en mis manos había caído una verdadera revolución: cuando tuve mi Nokia 7650, un verdadero avanzado a su tiempo, y cuando en mis manos aterrizó un iPhone, mucho antes que la gente no metida en foros especializados conociera lo que era. Reconozcámoslo: Apple revolucionó el mercado de la telefonía y todos los demás han ido siguiendo las pautas que el iPhone marcó como imprescindibles en todo smartphone a considerar. Interfaz táctil y atractiva, pantalla con una ocupación casi completa de toda la superficie frontal del dispositivo, software adaptado a los dedos… En fin, lo que conocemos todos. Ahora bien, ¿ha evolucionado en estos tres años? Muchos dirán que sí, que ahora iOS permite cosas que antes no, pero no deja de ser lo mismo con añadidos. Coger el iPhone ahora es exactamente igual que cogerlo hace tres años, esa es la sensación que tuve cuando abrí la caja del iPhone 4, tras quince minutos de uso para configurarlo mínimamente ya estaba aburrido de lo insustancial que era la experiencia. Para alguien puede suponer una ventaja que el uso de un sistema operativo móvil no haya cambiado en tres años manteniendo idéntico uso y acceso a todo el conjunto de operaciones y ajustes del terminal, pero para mí no. Busco algo más que sucesivos parches para adaptarse al resto de sistemas que son competencia de iOS y que, irónicamente, siempre consiguen antes los desarrolladores que trabajan a la sombra de Apple, bajo el paraguas que ofrece la clandestinidad del Jailbreak. ¿App Store? Una copia de Installer, la tienda de aplicaciones que ya funcionaba en el primer iPhone. ¿Multitarea? Backgrounder le da mil vueltas desde hace año y medio. ¿Copiar/pegar? ¿Zoom en fotos y posibilidad de grabar vídeo? Desarrolladores inventan, Apple implementa. Quizá a Android le pase un poco lo mismo, que tampoco haya evolucionado para mantener el mismo aspecto y uso. Pero, ¿alguien ha comparado en qué se parecen Motoblur y Sense?

Android es más complicado de usar que iOS, eso es una evidencia que cualquiera puede comprobar empíricamente si deja un terminal de cada sistema a alguien que jamás ha usado un Smartphone táctil. Un dato: mi hijo maneja el iPhone desde que tiene dos años y ahora, con cinco, le daría mil vueltas a un usuario común. Ahora bien: si Android es más complicado de utilizar, ¿es eso defendible? Es lo de siempre, un mayordomo facilita la vida, pero hacer las cosas por ti mismo a golpe de esfuerzo resulta mucho más gratificante. Android es algo caótico que se rige por una lógica que cuesta más de coger pero, una vez lo consigues, encuentras funciones que te son imprescindibles cuando tienes un teléfono distinto. ¿Demasiados botones? Eso es lo mismo que pensé yo cuando compré mi Magic. ¿Para qué iba a querer yo un botón de buscar o uno de retroceso? Qué tontería poder retroceder un paso desde cualquier aplicación imaginable en la que me encuentre, o disponer de la opción de buscar algo dentro de ese mismo programa, sin tener que localizar el icono diminuto que al desarrollador le ha dado por esconder en pantalla. Cuánto exceso de botones. ¿O no?

Aquí ya se ha hablado de la facilidad de Android a la hora de poder modificarlo, de sus posibilidades nativas para la instalación de cualquier aplicación sin restricciones, de un Market que permite devolver las compras sin problemas y de muchos aspectos que simbolizan las mayores ventajas del sistema de Google. En nivel, variedad y espectacularidad de las aplicaciones está muy por delante iOS, es algo obvio que nadie puede discutir. Si tienes dinero, con tu iPhone puedes hacer cualquier cosa, incluso simular un concierto de pedos dentro de una biblioteca. Está claro que ese tipo de aplicaciones también las tiene Android, pero no suelo pagar por hacer el ganso. De hecho, no suelo pagar casi por ninguna: existe una gran calidad a nivel de programas gratuitos, se ha comentado ya. A nadie le hace falta una tarjeta de crédito para llenar su Android de juegos y aplicaciones de calidad, tan sólo una cuenta de Google y una conexión de datos cualquiera. Sí, también puedes hacer lo mismo con el iPhone, pero, ¿habéis comparado en términos de calidad las aplicaciones gratuitas disponibles para cada uno de los sistemas?

Siendo objetivos, nadie puede negar que iOS atraiga mayores perspectivas de negocio a los desarrolladores y que estos intenten ganar algo de dinero con el esfuerzo de picar tecla, totalmente loable por otra parte, por lo que, a mayores recursos, mayores grados de perfección en las aplicaciones. Hay juegos para iPhone que están a años luz de lo que brinda Android actualmente, basta con ver la demo de Epic Citadel. Pero, ¿es eso importante? Habrá para algunos que sí y para otros que no, por supuesto. Yo me sitúo en el segundo grupo: prefiero llevar un smartphone que me permita hacer excelentemente todo cuanto me proponga y no un móvil que destaca favorablemente en muchos aspectos pero cojea en otros de manera flagrante.

¿Qué le pedimos a un móvil? Que haga llamadas lo primero, algo que Android e iOS. Hacen bien. ¿Vídeo y audio? iPod es la palabra mágica, nada que objetar por una victoria bien merecida. ¿Aplicaciones y juegos? Ya hemos hablado de ellos, por término calidad/precio gana Android. Otra cosa de la que presumen los smartphones es del posicionamiento por GPS y, por extensión, la posibilidad de navegar con indicaciones hasta un punto determinado. Llegados aquí, ¿alguien no ha probado Google Navigation? Increíblemente bueno, manejable por voz, integración con Places (Lugares), Maps y Street View… Podría afirmar que es el mejor navegador GPS punto a punto del mercado si no fuera porque hay que tener conexión de datos, con el conveniente riesgo a no poder utilizarlo si no hay cobertura. ¿Y sabéis lo mejor? Gratis, cosa que en el iPhone tengo que desembolsar, al menos, 50 euros. ¿Integración con el correo? Aquí hay varias controversias. Si bien iPhone ha conseguido equilibrarse a nivel de manejo de cuentas, Android es insuperable con Gmail, cosa que resulta evidente. Eso sí: un verdadero Push que puedes mantener todo una jornada sin que se te muera la batería. Por suerte, siempre llevo una de recambio si se me agota para así poder cambiarla, lo mismo que cualquier usuario de iPhone. ¿No? ¿Y tampoco puedes ampliar la capacidad con SD cards? Eso es algo que me gusta de Android, que puedo elegir cómo quiero mi móvil. Pantalla grande, mediana, media resolución, alta, con teclado físico… Segmentación, sí, o variedad que le dicen algunos.

Realmente, ambos sistemas operativos móviles son impresionantes, incluso aunando los defectos. Y eso forma parte de su atractivo. Al fin y al cabo, un móvil es como tener una pareja: te enamoras de sus virtudes y es ese amor el que te permite respetar sus defectos.

Capítulo 1: Android VS iPhone, facilidad de uso

Capítulo 2: Android VS iPhone, la libertad

Capítulo 3: Android VS iPhone, la batalla continúa

Capítulo 4: Android VS iPhone, funcionalidad y efectividad

Capítulo 5: Android VS iPhone, no nos importa nada más

Capítulo 6: Android VS iPhone, no todo es de color de rosa

Capítulo 7: Android VS iPhone: réplica y opiniones

Share